La boca y la diabetes


Generalmente nos hayamos inmersos en un ambiente donde es necesaria la comunicación interpersonal, ya sea para charlar, preguntar o sólo saludar, pero cuando se tiene un mal aliento, abrir la boca se convierte en un reto. Es la halitosis, un padecimiento muy cotidiano.

La halitosis tiene como principal característica un aliento desagradable, la cual afecta al 50% de la población, principalmente a las personas mayores de 60 años.

Sin embargo, muy pocos se dan cuenta de ello por la incapacidad de oler su propio aliento, o se habitúan al estar expuestos a ese olor diariamente, por ello el 58% de las personas se dan cuenta al ser informados por otros; siendo más común en los varones.

Cabe señalar que el aliento varía dependiendo del momento del día, pues el flujo de saliva se reduce durante la noche; además el aliento puede ser peor al comenzar a hablar.

Ese mal olor es causado en un 90% por bacterias que se alojan en el dorso de la lengua, ya que debido a su gran extensión y superficie se concentran restos de comida y demás desechos, entonces cuando los microbios (anacrobios) comienzan a descomponerse, se da el mal olor.

La halitosis también puede ser causada por los siguientes factores:

• Cuestiones fisiológicas, como el llamado “aliento matutino”, ya que al dormir el flujo de saliva disminuye, esta queda estancada y se pierde el proceso detergente, lo cual causa que se estanquen las bacterias y se despida un gas. Por esa razón, al despertar huela la boca.

• La edad. La calidad del aliento cambia con la edad, debido a la secreción de saliva, la cual disminuye severamente en la tercera edad.

• Prótesis dentarias. Las prótesis como dentaduras, puentes u ortodoncias deben extraerse para limpiarse bien, ya que en ellas se acumula gran cantidad de restos de comida.

• Tabaco. Crea un aliento característico, que puede durar bastante tiempo después de fumar.

• La comida. Algunos alimentos pueden absorberse a nivel gastrointestinal como el ajo o la cebolla.

La recomendación más importante para contrarrestar los efectos de la halitosis es la higiene bucal, lo que equivale a cepillar los dientes tres veces al día, e incluso el uso de hilo dental; así como limpiar la lengua, principalmente el dorso, con un cepillado en la mañana y la noche.

Pero, no sólo esto basta para erradicar el problema, pues podría ser efecto de alguna enfermedad, por ello si persiste el mal aliento, acude con un especialista.

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